El acceso a la universidad en España está marcado por una de las pruebas académicas más importantes para los estudiantes de Bachillerato: la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), comúnmente conocida como Selectividad.
Este examen representa un punto de inflexión en la vida de miles de jóvenes, ya que su resultado puede determinar su ingreso en la carrera y universidad deseadas. A lo largo de los años, el sistema de acceso ha evolucionado, incorporando cambios en su estructura, criterios de evaluación y ponderaciones, lo que ha generado tanto debates como estrategias para optimizar su preparación. En este texto, exploraremos en profundidad todos los aspectos de la EBAU/Selectividad: su historia, estructura, diferencias entre comunidades autónomas, consejos para afrontarla con éxito y su impacto en el futuro académico de los estudiantes.

1. Información general sobre la Selectividad (EBAU/EvAU)
La Selectividad – oficialmente llamada Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU, o EvAU en algunas comunidades) – es la prueba nacional que deben superar la mayoría de estudiantes españoles para ingresar en la universidad.
Se realiza normalmente al finalizar el Bachillerato y evalúa los conocimientos y capacidades adquiridos en esa etapa educativa en relación con las materias cursadas. Esta prueba sustituyó en 2017 a la antigua Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y mantiene su misma finalidad: garantizar que el alumno cuenta con la preparación necesaria para afrontar estudios universitarios.
¿Quiénes deben hacer la Selectividad?
Principalmente, todos los estudiantes que terminan Bachillerato y desean cursar un grado universitario deben presentarse a la fase obligatoria de la Selectividad.
En cambio, los titulados de Formación Profesional de Grado Superior (o enseñanzas equivalentes, como Artes Plásticas, Diseño o Deportes) tienen acceso directo a la universidad sin necesidad de hacer la fase general de la EBAU. No obstante, estos estudiantes de FP pueden presentarse a la fase voluntaria de la Selectividad para intentar subir su nota de admisión (ver estructura de las fases más adelante).
La Selectividad es muy importante para acceder a la universidad porque su calificación, combinada con la nota media de Bachillerato, determina la nota de acceso del estudiante.
En concreto, la nota de acceso se calcula ponderando un 60% la media de Bachillerato y un 40% la calificación de la fase obligatoria de la EBAU. Es imprescindible alcanzar al menos un 5 sobre 10 en esa nota combinada para poder entrar a la universidad.
En la práctica, cada titulación universitaria establece una nota de corte (resultado del último admitido el curso anterior) y el estudiante deberá obtener una nota de admisión igual o superior para conseguir plaza. Por ello, obtener una buena calificación en la EBAU resulta decisivo, especialmente en grados con mucha demanda.
Convocatorias y repeticiones
La prueba de Selectividad se convoca dos veces al año: una convocatoria ordinaria (generalmente a comienzos de junio) y una convocatoria extraordinaria (en julio o septiembre, según la comunidad).
Si un estudiante no aprueba o desea mejorar su nota, puede presentarse en la convocatoria extraordinaria del mismo año o en convocatorias de años posteriores. El reglamento permite presentarse hasta cuatro veces como máximo para superar la EBAU, sin perder convocatoria en caso de no presentarse finalmente a los exámenes. En la práctica, muchos alumnos que no logran la nota deseada en junio repiten en la prueba extraordinaria o al año siguiente para intentar acceder a la carrera elegida.
2. Fechas y calendario de exámenes
La Selectividad se realiza en fechas definidas cada año, con pequeñas variaciones según la comunidad autónoma.

En 2025, la gran mayoría de comunidades celebrarán la convocatoria ordinaria a inicios de junio, siguiendo las directrices estatales que fijan a mediados de junio el límite para concluir los exámenes. En casi todas las regiones la Selectividad ordinaria de 2025 tendrá lugar entre el 3 y el 5 de junio, coincidiendo en esos días (salvo alguna excepción notable como Cataluña).
Tras la convocatoria ordinaria de junio, se realiza una convocatoria extraordinaria para quienes deseen mejorar nota o no hayan aprobado. La tendencia reciente es unificar esta convocatoria extra en el mes de julio en la mayoría de comunidades, aunque algunas optan por principios de septiembre.
Por ejemplo, el Gobierno ha establecido que en 2024 las pruebas extraordinarias podían programarse hasta el 12 de julio (o hasta el 13 de septiembre si la comunidad prefiere convocatoria en septiembre, y esta pauta se mantiene en 2025.
A continuación, se resume el calendario de la Selectividad 2025 por comunidad autónoma, indicando las fechas de la convocatoria ordinaria y de la extraordinaria (segunda convocatoria) para cada región:
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Comunidad Autónoma |
Convocatoria ordinaria 2025 |
Convocatoria extraordinaria 2025 |
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Andalucía |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Aragón |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Asturias |
3, 4 y 5 de junio |
7, 8 y 9 de julio |
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Baleares (Illes Balears) |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Canarias |
4, 5, 6 y 7 de junio |
2, 3 y 4 de julio |
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Cantabria |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Castilla-La Mancha |
Pendiente de confirmación |
Pendiente de confirmación |
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Castilla y León |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Cataluña (Catalunya) |
11, 12 y 13 de junio |
3, 4 y 5 de septiembre |
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Comunidad de Madrid |
3, 4, 5 y 6 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Comunidad Valenciana |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Extremadura |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Galicia |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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La Rioja |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Navarra |
3, 4 y 5 de junio |
25, 26 y 27 de junio |
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País Vasco (Euskadi) |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
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Región de Murcia |
3, 4 y 5 de junio |
1, 2 y 3 de julio |
Nota: Ceuta y Melilla se rigen por el mismo calendario que Andalucía, al integrarse en su distrito universitario. Como se observa, Cataluña desplaza su Selectividad ordinaria a la segunda semana de junio (11–13 de junio en 2025) y realiza la extraordinaria a inicios de septiembre.
La mayoría del resto de comunidades concentran la extraordinaria a principios de julio 2025 (por ejemplo, Madrid, Andalucía, Comunitat Valenciana, etc. la programan en torno al 1-3 de julio), mientras que Navarra la adelanta a finales de junio.
Es importante que cada estudiante consulte el calendario específico de su comunidad autónoma y centro examinador, ya que las fechas y horarios exactos de cada materia pueden variar ligeramente en cada región.
3. Estructura y contenido de las pruebas de Selectividad
La Selectividad consta de una serie de exámenes escritos distribuidos en dos fases: fase general (obligatoria) y fase voluntaria. A continuación, se detalla en qué consisten y qué materias abarcan:

- Fase General (Obligatoria): son los exámenes que todos los estudiantes de Bachillerato deben realizar. Actualmente incluye cuatro materias troncales comunes a nivel nacional:
- Lengua Castellana y Literatura II
- Lengua Extranjera II (generalmente Inglés, aunque también puede ser Francés, Alemán, Italiano u otro idioma ofertado)
- Historia de España o Historia de la Filosofía – a elección del estudiante (debe escoger una de estas dos materias históricas).
- Una materia de modalidad de 2º de Bachillerato – es decir, una asignatura específica correspondiente a la modalidad (rama) que el alumno cursó en Bachillerato. Por ejemplo, un alumno de Ciencias puede elegir Matemáticas II; uno de Humanidades, Latín II; de Ciencias Sociales, Matemáticas Aplicadas a CCSS II; de Artes, Fundamentos del Arte II o similar, etc. Con la reciente reforma educativa se han ampliado las opciones de materia de modalidad (por la nueva modalidad de Bachillerato General y las dos vías de Artes), incluyendo asignaturas como Ciencias Generales, Artes Escénicas II, Análisis Musical II o Dibujo Artístico II, entre otras.
En las comunidades autónomas con lengua cooficial, la fase general incluye un quinto examen obligatorio de Lengua Cooficial y Literatura II (euskera, catalán, gallego o valenciano, según la región). Estos exámenes adicionales se aplican en comunidades bilingües como País Vasco, Cataluña, Galicia, Comunidad Valenciana, etc.
- Fase Voluntaria: son exámenes optativos que el estudiante realiza solo si desea incrementar su nota de admisión. Los alumnos de Bachillerato pueden presentarse hasta a 4 materias adicionales de esta fase (y los de FP superior hasta 4 en total, ya que no hacen fase general). Las opciones típicas en la fase voluntaria incluyen:
- Materias de modalidad de 2º de Bachillerato (troncales de opción): el estudiante puede examinarse de cualquier asignatura de modalidad, haya sido cursada o no durante el Bachillerato. Por ejemplo, un alumno de Ciencias podría presentarse por voluntario a Física, Química, Biología, etc., además de la que ya hizo en la fase general.
- La materia troncal de Historia/Filosofía no elegida en la fase general: es decir, si en la fase general se examinó de Historia de España, podría presentarse voluntariamente a Historia de la Filosofía, o viceversa.
- Una segunda Lengua Extranjera: distinta a la examinada en la fase general (por ejemplo, presentarse además a francés si la general fue de inglés).
De los exámenes voluntarios realizados, solo contarán para subir la nota de admisión los dos con mejor calificación (una vez ponderados). Cada examen voluntario aprobado aporta hasta 1 o 2 puntos extra según su parámetro de ponderación para la carrera elegida (las universidades dan más peso – 0,2 – a ciertas materias relevantes para cada grado). De este modo, la nota de admisión puede llegar a un máximo de 14 puntos (10 puntos de fase general + hasta 4 puntos de fase voluntaria).
Formato y duración de los exámenes
Cada asignatura de Selectividad se examina mediante una prueba escrita de duración limitada. Actualmente, cada examen dura 90 minutos (1 hora y media), con un descanso mínimo de 30 minutos entre pruebas consecutivas.
Todas las comunidades siguen esta estructura temporal común. Desde 2024 se unificó el modelo de examen de cada materia: en lugar de ofrecer dos modelos alternativos (tipo A o B), ahora hay una única propuesta de examen por asignatura, pero con varias preguntas opcionales en su interior para escoger. Es decir, dentro de cada prueba el alumno encontrará diferentes preguntas o bloques y podrá elegir cuáles responder (siempre pudiendo lograr con su elección la puntuación máxima).
En cuanto al contenido y tipo de preguntas, las pruebas combinan distintas modalidades: puede haber preguntas abiertas, semiabiertas y de opción múltiple. Al menos el 50% de la puntuación de cada examen proviene de preguntas de respuesta abierta o semiabierta, que requieren desarrollo por parte del estudiante.
Las preguntas tipo test (respuesta múltiple) también pueden estar presentes, pero tienden a ser menos numerosas en el nuevo modelo competencial. Las respuestas se califican siguiendo criterios objetivos de corrección unificados: por ejemplo, se valora la coherencia y claridad de la exposición, la corrección gramatical y ortográfica (los errores penalizan la nota) y la presentación limpia del ejercicio. De hecho, desde la última reforma se establece que estos aspectos formales (estructura del texto, ortografía, vocabulario, etc.) tendrán un peso de al menos el 10% de la calificación en preguntas de desarrollo.
Calificación y aprobación
Cada examen de la fase general se califica sobre 10 puntos. La nota de la fase general es la media aritmética de esos exámenes obligatorios. Para que esa fase general “haga media” con el expediente de Bachillerato, se exige tradicionalmente sacar al menos 4 puntos sobre 10 en la EBAU; luego se aplica la ponderación 40% EBAU + 60% Bachillerato mencionada. Si el resultado final es 5 o superior (sobre 10), el alumno aprueba la Selectividad y obtiene su nota de acceso a la universidad.
Cabe señalar que no existe una nota máxima fija para “aprobar” cada examen individual (se puede acceder con alguna materia suspendida siempre que el conjunto haga media suficiente), pero obviamente cuanto más alta sea la calificación en cada materia, mejor posición tendrá el estudiante para la admisión. La fase voluntaria, por su parte, solo suma puntos adicionales (siempre que en esos exámenes se obtenga al menos un 5).
En resumen, la EBAU es un examen exigente pero superable si se afronta con preparación. Afortunadamente, el sistema está diseñado para que la mayoría de alumnos que han trabajado durante el Bachillerato puedan superarla y continuar a la educación superior.
4. Consejos para prepararse eficazmente para la Selectividad
Prepararse bien para la Selectividad requiere tanto un estudio a fondo de las materias como una buena gestión de tiempo, estrés y estrategia durante los exámenes. A continuación, se ofrecen consejos prácticos para aprobar los exámenes divididos en dos etapas: antes de la prueba (preparación previa) y durante los días de examen.
Antes del examen: Planificación y preparativos
- Estudio con antelación: comienza a prepararte desde el inicio de 2º de Bachillerato. Es recomendable aplicar técnicas de estudio efectivas a lo largo del curso y no dejar todo para el final. Un buen hábito de estudio continuado te dará bases sólidas y reducirá el estrés de última hora.
- Practica con exámenes de años anteriores: familiarízate con el formato de las pruebas haciendo simulacros. Resolver ejercicios y exámenes reales de convocatorias pasadas te ayudará a conocer el tipo de preguntas y calibrar el tiempo de respuesta. Muchas comunidades publican modelos y exámenes de Selectividad de otros años para que los alumnos practiquen.
- Organiza un calendario de repaso: distribuye las materias en un plan de estudio semanas antes de la Selectividad. Dedica más tiempo a aquellas asignaturas que te resulten más difíciles, pero sin descuidar las demás. Planifica pequeñas pausas y tiempo de repaso general antes del examen.
- Infórmate de la logística del examen: con días de antelación, confirma las fechas, horarios y sede de cada una de tus pruebas. Ten claro qué día y a qué hora te examinas de cada materia, y en qué centro o facultad. Así evitarás confusiones de último momento.
- Prepara con tiempo el material y documentación necesarios: identificación oficial (DNI) y el resguardo de matrícula del examen son imprescindibles. Además, averigua si necesitas material específico según la materia: calculadora (y que esté permitida), reglas o instrumentos de dibujo técnico, diccionarios, etc. Deja todo listo la noche anterior para no olvidar nada.
- Planifica el transporte y llegada: decide cómo te desplazarás al lugar de examen y calcula el tiempo de viaje. Conviene tener una alternativa por si surge un imprevisto (por ejemplo, llevar el contacto de un taxi o conocer otra ruta). El día de cada prueba, sal con suficiente antelación de casa para llegar puntual o con margen. Empezar el examen sin prisas ni agobios es clave para rendir bien.
- Cuida tu bienestar físico y mental: en la semana previa, procura dormir lo suficiente, alimentarte de forma equilibrada y hacer pequeñas pausas activas durante el estudio. Llegar descansado y en buenas condiciones físicas ayuda a mantener la concentración. Intenta también gestionar los nervios: es normal sentirse ansioso, pero técnicas de relajación o respiración pueden ser útiles. Recuerda que un cierto nivel de tensión es natural y puede incluso mantenerte alerta, pero trata de evitar la fatiga extrema.
Durante los exámenes: Técnicas y actitudes
- Cumple las normas básicas: una vez en el aula, mantén silencio y sigue estrictamente las instrucciones de los vigilantes. No escribas tu nombre ni datos personales en ninguna hoja del examen (los exámenes son anónimos para garantizar la corrección imparcial). El incumplimiento de las normas o conductas inapropiadas pueden suponer la expulsión de la prueba, algo que obviamente debes evitar.
- Lee cuidadosamente cada pregunta: al recibir el cuadernillo o enunciado, lee con atención todas las opciones antes de responder. Asegúrate de entender bien qué te piden; subraya las palabras clave del enunciado si es necesario. Si el examen ofrece varias preguntas a elegir, tómate unos minutos para decidir cuáles vas a responder, seleccionando aquellas sobre las que te sientas más seguro.
- Planifica tu respuesta: antes de lanzarte a escribir, ordena mentalmente las ideas que vas a exponer o haz un breve esquema en sucio. Esto te ayudará a dar una respuesta estructurada y completa, evitando olvidar puntos importantes. Ten presente el tipo de respuesta que se espera (no es lo mismo una definición breve que un ensayo argumentativo).
- Gestiona bien el tiempo: calcula cuánto tiempo dedicar a cada pregunta o apartado en proporción a los puntos que vale. Es fundamental distribuir los 90 minutos de forma equilibrada. Por ejemplo, no gastes 1 hora en la primera pregunta dejando poco tiempo para las demás. Llevar un reloj te puede ayudar a controlar el tiempo (siempre que esté permitido en el aula) o fíjate en el reloj de la sala.
- Presentación clara y legible: cuida la calidad de la escritura. Escribe de forma ordenada y legible, con buena letra, márgenes y estructura (introducción, desarrollo, conclusiones cuando aplique). Si cometes algún error, tacha con una línea y continúa, pero evita los tachones excesivos. Una presentación limpia facilita la lectura al corrector y da mejor impresión.
- Corrección lingüística: presta atención a la ortografía, la gramática y el vocabulario. Los errores ortográficos y de expresión restan puntos en muchos exámenes, especialmente en las pruebas de Lengua. Relee tus respuestas si te sobra tiempo para detectar y corregir faltas. Es preferible usar un vocabulario sencillo pero preciso, antes que palabras rebuscadas empleadas incorrectamente.
- Concéntrate en lo que te preguntan: asegúrate de responder exactamente a lo solicitado en el enunciado. No divagues ni incluyas información irrelevante esperando “rellenar”: no otorgarán más puntos por escribir cosas no pedidas e irrelevantes. Ciñe tu respuesta al tema y a los criterios solicitados (por ejemplo, si te piden “analiza”, tu respuesta debe tener análisis, no solo descripción).
- Argumenta y da ejemplos cuando proceda: en preguntas de desarrollo, justifica tus afirmaciones con argumentos sólidos. Si la pregunta lo admite, puedes incluir ejemplos concretos, citas breves, datos o referencias que sustenten tu respuesta. Esto demuestra un dominio más profundo del tema. Por el contrario, evita las afirmaciones gratuitas sin explicar el porqué.
- Mantén la calma y la concentración: si alguna pregunta te bloquea, pasa a la siguiente y vuelve luego si tienes tiempo. No entres en pánico; incluso si un examen se complica, recuerda que tienes más pruebas por delante. En los descansos entre exámenes, aprovecha para despejarte un poco (hidrátate, come algo ligero) y no te obsesiones con corregir lo que ya hiciste. Concéntrate en dar lo mejor en cada materia sucesiva.
Siguiendo estos consejos, afrontarás la Selectividad con mucha mejor preparación y confianza. Al final, se trata de demostrar en unos días todo lo aprendido en dos años de Bachillerato, ¡así que ánimo y mucha suerte!
5. Estadísticas y tasas de aprobados recientes
Los datos oficiales muestran que la gran mayoría de estudiantes logra superar la Selectividad, especialmente en la convocatoria ordinaria de junio.

En conjunto de España, más del 90% del alumnado aprueba la prueba en junio. Por ejemplo, en la convocatoria ordinaria (EBAU genérica) de 2023, aproximadamente el 94,4% de los presentados consiguieron aprobar los exámenes.
Esto significa que de cada 100 estudiantes que realizan la Selectividad en junio, alrededor de 94 la superan. La tasa de éxito, eso sí, suele ser algo inferior en la convocatoria extraordinaria (donde se presentan quienes suspendieron en junio o buscan subir nota).
El número de estudiantes que se presentan a la Selectividad cada año es muy alto y ha ido en aumento en la última década. En 2023 se alcanzaron las cifras más altas de los últimos 9 años tanto en inscritos, presentados y aprobados. Según el Ministerio de Universidades, en 2023 se matricularon en las pruebas de acceso un total de 329.109 estudiantes, de los cuales el 95,4% finalmente se presentaron a los exámenes (algunos pueden inscribirse y no acudir). De esos alumnos presentados en 2023, 284.086 resultaron aprobados, lo que equivale a un 90,4% de éxito global. Estas cifras reflejan un ligero aumento respecto al año anterior en el número de presentados y aprobados (+3,5% más aprobados que en 2022).
Para ponerlo en perspectiva, en 2022 el número de aprobados fue de unos 274.600 estudiantes (sobre ~304.500 presentados, ~90% aprobaron), mientras que en 2023 los aprobados superaron los 284.000. El total de alumnos que culminan Bachillerato y se examinan de la EBAU ronda cada año los 300 mil, lo cual da idea de la magnitud del proceso.
También se observa que las mujeres suelen ser mayoría entre los matriculados (en 2023 representaron alrededor del 57-58% del total) y que alrededor del 6% de los inscritos tienen nacionalidad extranjera, según datos del Ministerio de Ciencia e Innovación-Universidades.
Otro dato importante es que aprobar la Selectividad no garantiza automáticamente plaza en la carrera deseada: la admisión depende de la oferta y demanda. En titulaciones muy solicitadas (por ejemplo, Medicina, ciertas ingenierías, etc.), aunque casi todos los aprobados superan el 5, solo accederán los de notas más altas. De ahí la importancia de obtener la máxima calificación posible. No obstante, aprobar la EBAU en sí mismo no es un obstáculo insalvable: las estadísticas confirman que la mayoría de estudiantes bien preparados la superan con éxito, y muchos de los que no lo logran a la primera suelen intentarlo de nuevo en la convocatoria siguiente.
6. Cambios recientes en el sistema de acceso a la universidad
En los últimos años ha habido ajustes normativos para modernizar la Selectividad, adaptándola a las nuevas leyes educativas y mejorando su equidad en toda España. A continuación, se resumen los cambios más recientes en el sistema de acceso a la universidad y cómo impactan a los estudiantes:
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Adaptación a la LOMLOE y nuevo modelo de EBAU: La entrada en vigor de la nueva Ley de Educación (LOMLOE, también llamada Ley Celaá, 2020) ha impulsado una reforma de la EBAU con enfoque más competencial. Inicialmente, el Ministerio de Educación planteó una “nueva Selectividad” progresiva desde 2024, que incluso incluía un ejercicio general de madurez (una prueba transversal para evaluar competencias globales) en sustitución de varios exámenes tradicionales. Sin embargo, tras debate, se decidió retrasar la implantación de esa prueba general. Finalmente, no se introdujo la prueba de madurez en 2024 y se mantuvo la estructura clásica de cuatro exámenes obligatorios. El Ministerio dejó abierta la posibilidad de cambios mayores en el futuro, con la vista puesta en un modelo definitivo hacia 2028 en el que sí se incorporaría plenamente el enfoque competencial. En resumen, la gran reforma se ha aplazado: el cambio absoluto del sistema EBAU no llegará hasta 2028, según ha declarado el propio Ministerio. Para los estudiantes actuales (convocatorias 2024, 2025, 2026...), esto significa que la Selectividad seguirá siendo muy parecida a la tradicional, con algunos ajustes menores que describimos a continuación.
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Elección entre Historia de España o Historia de la Filosofía: A partir de la convocatoria de 2024, se introdujo esta novedad importante en la fase obligatoria. Por primera vez, el alumno puede elegir cuál de las dos asignaturas de contenido histórico-prefilosófico prefiere examinar. Ya no es obligatorio examinarse de Historia de España (como solía ser en casi todas las comunidades), sino que se ofrece la alternativa de Historia de la Filosofía con el mismo valor. Esta elección debe indicarse al inscribirse en la EBAU y permite al estudiante optar por la materia en la que se sienta más fuerte o que mejor se ajuste a su preparación. En la práctica, este cambio ofrece mayor flexibilidad y personalización del examen.
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Unificación del modelo de examen y tiempo por prueba: Otro cambio reciente es la eliminación de las dos opciones de examen (A/B) que tradicionalmente se ofrecían al comienzo de cada prueba. Desde 2024, cada materia presenta un modelo único de examen, aunque con varias preguntas internas para elegir, como se explicó en la sección de estructura. Además, se homogeneizó la duración de los ejercicios en 90 minutos por asignatura, con 30 minutos mínimos de descanso entre exámenes. Cabe mencionar que en borradores iniciales de la nueva EBAU se barajó ampliar el tiempo a 105 minutos, pero finalmente se mantuvo en 1 hora y media por prueba, que era lo habitual. Estos ajustes pretenden igualar las condiciones para todos los estudiantes y darles tiempo suficiente para desarrollar respuestas más reflexivas, acordes al enfoque menos memorístico que se busca.
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Mayor peso de las preguntas abiertas y enfoque competencial: Siguiendo la filosofía LOMLOE, las pruebas de Selectividad están incorporando ejercicios más prácticos y competenciales, reduciendo la proporción de preguntas puramente de memoria o tipo test. De forma progresiva, se han ido eliminando preguntas de rellenar huecos o de respuesta ultracorta (por ejemplo, aquellas que pedían contestar en 150 palabras máximo). En su lugar, se incentiva que el alumno demuestre competencias: análisis, reflexión crítica, capacidad de relacionar conceptos, expresión escrita, etc. De hecho, como ya se indicó, actualmente al menos la mitad de cada examen son preguntas abiertas o semiabiertas. Esto afecta a los estudiantes en que necesitan prepararse más allá de memorizar datos: deben practicar redacción, comentario de texto, resolución de problemas aplicados, etc., para rendir bien en este tipo de cuestiones.
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Nuevas materias de Bachillerato y opciones en la prueba: La implantación de la nueva modalidad de Bachillerato General (LOMLOE) y la reorganización del Bachillerato de Artes (con vías de Música y Artes Escénicas, y Artes Plásticas) ha traído consigo la inclusión de nuevas asignaturas propias de modalidad en la Selectividad. Desde 2023-2024, materias como Ciencias Generales (propia del Bachillerato General) o la vuelta de Artes Escénicas II, Análisis Musical II, Dibujo Artístico II, etc., pasan a engrosar la lista de asignaturas de las que uno se puede examinar (ya sea en la fase general si las cursó, o en la voluntaria). Para los estudiantes esto supone más variedad de opciones, pudiendo elegir la materia de modalidad que mejor domine. Por ejemplo, un alumno de Bachillerato General previsiblemente se examinará de Ciencias Generales en la fase obligatoria, y uno de Artes Escénicas podrá hacerlo de esa materia específica en lugar de tener que rendir en Historia del Arte como antes. En definitiva, la Selectividad se adapta a los nuevos currículos de Bachillerato, de forma que cada alumno sea evaluado en las materias troncales que realmente ha estudiado en su itinerario.
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Revisiones de exámenes y transparencia: Un cambio normativo relevante para los estudiantes es la mejora en el proceso de revisión de exámenes. Tradicionalmente, si un alumno no estaba conforme con la nota de una prueba podía solicitar una segunda corrección por otro profesor, y la calificación final era la media (si la diferencia era menor a X puntos) o la más alta de ambas (según cada normativa regional). Con la nueva regulación, se ha establecido que, si tras dos correcciones existe una diferencia de más de 2 puntos entre ambas calificaciones, se procederá a una tercera corrección de oficio por un tribunal distinto. Esto garantiza mayor justicia cuando hay disparidad notable de criterios entre correctores. Además, en general, se buscan criterios de corrección más objetivos y publicados previamente para aportar transparencia y confianza en el proceso evaluador. Para los estudiantes, esto significa que tienen más garantías de que su examen será evaluado con rigor y podrán recurrir si perciben errores en la nota, incluso llegando a una tercera revisión automática en casos excepcionales.
En conclusión, la Selectividad en España está experimentando una evolución gradual.
Los estudiantes de 2024-2025 se enfrentan esencialmente a la misma prueba que en años anteriores, pero con pequeñas mejoras: más optatividad en materias, exámenes unificados y un enfoque algo más competencial. Los cambios recientes buscan que la prueba sea más justa, equilibrada y acorde a los nuevos tiempos, sin alterar drásticamente su naturaleza. En el horizonte se vislumbra una reforma más profunda para 2027-2028, pero por ahora la “Selectividad” que conocen sigue vigente.
Es fundamental que los alumnos se informen cada curso de las novedades que puedan afectarles (a través de comunicados del Ministerio de Educación o su consejería autonómica) y se preparen en consecuencia. Con buena información y preparación, la Selectividad continuará siendo un paso alcanzable hacia la educación universitaria.