Educar en el respeto a los animales
Es obvio que no quiere que su hijo tire de la cola o golpee a un animal, estas cosas en principio suelen ser fáciles de enseñar, a menos que su hijo lleve un demonio en el interior, en cuyo caso, lo mejor sería mantenerlo alejado de los animales y practicarle hasta un exorcismo, esto último no suele ser necesario normalmente.
Suponiendo que el alma de su hijo es pura y las intenciones de su hijo o hija son puras y sanas, aquí os dejamos algunos consejos para educar en el respeto a los animales:
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Yo recomiendo la exposición de su hijo a los animales a una edad temprana, aunque sólo sea para observar. Cuanto más animales vea su niño/a, más cómodo y familiar estará con ellos. Y no me refiero sólo a los libros ilustrados. Asegúrese de que su niño/a se sienta cómodo entre los animales de la familia, y viceversa. Una opción muy interesante es llevar a su hijo al zoológico y así tener una excusa apropiada para hablar sobre los animales. Pero sobre todo, trate de interactuar con los animales domésticos de los amigos.
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Los animales tienen sentimientos. Hable con su hijo sobre cómo los animales se sienten en una situación concreta. Saltar junto a un gato dormido produce lógicamente una reacción en el gato, esta reacción puede ser divertida para el crió pero el gato se ha sobresaltado y lo más probable es que se mantenga alejado del niño en el futuro, rompiendo un posible vínculo. Debemos explicar de una manera pausada y tranquila que el gato siente miedo y sobresalto. La mayoría de los niños nacen con una compasión natural para los animales. Si se fomenta esa tendencia, es fácil para un niño de respetar los sentimientos y el espacio de un animal.
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Muestra un modelo de conducta correcto con los animales. Compórtate siempre correctamente con ellos y explica lo que estás haciendo, incluso si parece trivial. "A este perro le gusta que le acaricien desde la cabeza hasta la espalda, en cambio no le gusta nada que le toquen la nariz. Voy a acariciarlo en la forma en que le gusta para que podamos ser grandes amigos".
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No importa la situación, los niños necesitan aprender a mantener la calma en torno a los animales. Los animales sienten la energía humana al instante y con frecuencia recelan de los niños se mueven de manera desordenada, con movimientos erráticos, chillan y les acarician de forma agresiva. Los niños serán niños, pero deben aprender a comportarse, si los animales son tratados con respeto y cuidado, éste le mostrará mejor cara, y será mucho más divertido para todos.
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Enseñe a sus niños cómo contenerse en un lugar donde abunden los animales. Todos los niños quieren tocar y abrazar, siempre con la mejor de las intenciones, pero algunos animales pueden ser tímidos o distantes, incluso sentir miedo y en respuesta atacar. Empujar el animal para interactuar es un gran error. Yo enseño a mis hijos a mantener la calma y hacer caso omiso a un perro ladrando. Les enseño a no perseguir a un gato que quiere privacidad. Y con la suficiente práctica, han crecido y aprendido a contenerse por su propia cuenta.
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Aprender y enseñar a los niños la lengua del animal, tanto si es sólo lo básico. ¿Qué significa que un gato maúlle? ¿Por qué se les eriza el pelo? ¿Por qué la tortuga se esconde en su caparazón? ¿Por qué los perros mueven la cola? Todas estas son señales de advertencia y los niños deben aprender a reconocerlas.
Tener un perro exige responsabilidad, son muchos los niños que se encariñan y quieren tener una mascota a toda costa. Antes de tomar una decisión así yo recomiendo pensarlo varias veces y preguntarnos si van a ser capaces de atenderlo como se merece.
Es normal fomentar la curiosidad natural de su hijo. Sus hijos crecerán amando a los animales y así siempre serán respetuoso y los tratarán con el respeto que merecen.