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Diario de un estudiante

Fiesta Sábado Noche, Resaca Domingo y un mal Lunes.

Es por eso que creo que desde el consejo de alumnos deberían pedir, de forma urgente, una reducción de jornada para los primeros días de semana. La idea es que los dichosos Lunes queden reducidos a una jornada de 4 horas repartidas en 2 bloques, uno presencial de 12:00h a 14:00h y otro, de 2 dos horas de trabajo no presencial.

En cuanto a los Martes, y pensando en ir integrando a los alumnos en horario de clase, sería una opción a considerar ampliar las 4 horas que comentábamos de los Lunes a 6.

De esta manera, los Miércoles estaríamos frescos y despiertos, cumpliendo nuestro horario y con un hambre voraz de sabiduría. Esto, aumentaría la "producción" de la clase, tanto teórica como práctica y se recuperarían las horas no impartidas el Lunes y Martes.

¿Y todo esto por qué? ¿Por qué cambiar los horarios?

Por qué somos jóvenes y necesitamos vivir y disfrutar un poco, antes de que sea demasiado tarde.

No hablo de la edad y la posible pérdida de apetito festivo.

Además, se ha demostrado que nunca se es viejo para sentarse a una silla, beber cerveza, comer patatas y hablar de como arreglar el mundo.


Así que, como todos tenemos claro de que tendremos tiempo para frustrarnos cuando terminemos nuestra formación y accedamos a un puesto de trabajo muy por debajo de nuestras expectativas, tanto en lo salarial como en lo personal, disfrutemos ahora que podemos.


¡Viva el estudiante borracho! ¡Viva!