Cómo preparar los exámenes de selectividad en septiembre: Guía definitiva

¿Sabías que más del 30% de los estudiantes que no aprueban la primera convocatoria de la EBAU (antigua selectividad) tienen que presentarse en septiembre?

estudiantes selectividad estudian en biblioteca sentados

Preparar los exámenes de selectividad en septiembre puede parecer un desafío extra, especialmente después de un verano en el que muchos ya están de vacaciones. Sin embargo, con la estrategia adecuada puedes transformar estos meses en una oportunidad para destacar y conseguir la nota que necesitas para entrar en la carrera de tus sueños.

En este artículo descubrirás cómo organizar tu tiempo, qué técnicas de estudio funcionan mejor, qué errores evitar y cómo mantener la motivación durante el verano. Además, exploraremos las diferencias entre la convocatoria ordinaria y la extraordinaria, qué dicen los datos oficiales, y si realmente los exámenes de septiembre son más fáciles o más difíciles.

Si estás decidido a aprovechar al máximo estas semanas, sigue leyendo: esta guía es para ti.

Diferencias entre la convocatoria ordinaria y la convocatoria extraordinaria

La selectividad o EBAU se divide en dos momentos clave:

  • Convocatoria ordinaria (junio): Es la primera y con mayor número de estudiantes.
  • Convocatoria extraordinaria (septiembre o julio, según la comunidad autónoma): Pensada para quienes no superan la primera o quieren subir nota.

La principal diferencia radica en el calendario. Mientras que la ordinaria coincide justo después de finalizar el Bachillerato, la extraordinaria exige mantener el estudio durante el verano.

La gran pregunta: ¿Son más fáciles los exámenes de selectividad en septiembre?

Este es uno de los mitos más extendidos entre los estudiantes. La realidad es que el nivel de dificultad es equivalente en ambas convocatorias, ya que los exámenes se diseñan con los mismos criterios de evaluación.

Lo que sí puede variar es la percepción del estudiante: En septiembre puede sentirse más presionado por el tiempo o, al contrario, más relajado porque ha tenido semanas extra para prepararse.

Diseño de los exámenes

Los exámenes siguen la misma estructura en junio y septiembre:

  • Parte obligatoria (Lengua, Historia, Lengua extranjera y la asignatura troncal).
  • Parte voluntaria para subir nota (asignaturas específicas).

En ambas convocatorias, las opciones de elección y el tipo de preguntas mantienen la misma proporción de dificultad.

Nivel de preparación del estudiante

Aquí está la gran diferencia:

  • En junio: Los alumnos llegan con el temario fresco pero con menos tiempo de repaso.
  • En septiembre: Hay más semanas para reforzar lo aprendido, aunque la constancia depende mucho de la disciplina personal.

En otras palabras: la preparación no depende del examen, sino del compromiso del estudiante.

Presión y competencia

  • Junio: Hay más plazas disponibles en los grados y la competencia es mayor porque la mayoría se presenta.
  • Septiembre: Quedan menos plazas libres, pero también menos aspirantes. La presión se concentra en quienes necesitan una nota muy alta para entrar en carreras con corte exigente (Medicina, Ingeniería, etc.).

Datos oficiales y estadísticas

Según informes de universidades españolas, los porcentajes de aprobados son similares en ambas convocatorias, aunque la participación es mucho menor en septiembre.

  • En junio, más del 90% de los estudiantes aprueban.
  • En septiembre, el número de presentados baja drásticamente (menos del 10% del total) y el porcentaje de aprobados ronda cifras parecidas.

👉 Esto demuestra que la convocatoria extraordinaria no es más difícil, simplemente tiene menos alumnos y mayor exigencia personal.

Pros y contras de cada convocatoria

chica y chicho joven estudian con cascos sentados en la biblioteca

Convocatoria ordinaria (junio)

Ventajas:

  • Mayor oferta de plazas universitarias.
  • Exámenes con el temario fresco.
  • Evitas estudiar en verano.

Inconvenientes:

  • Menos tiempo para repasar.
  • Mayor presión y competencia.

Convocatoria extraordinaria (septiembre o julio)

Ventajas:

  • Más semanas de preparación.
  • Menos estudiantes compitiendo en la prueba.
  • Posibilidad de subir nota si en junio no te fue bien.

Inconvenientes:

  • Estudiar durante el verano.
  • Menos plazas en titulaciones demandadas.
  • Riesgo de desmotivación al tener que alargar el esfuerzo académico.

Cómo organizar el estudio para la selectividad en septiembre

1. Evalúa tu punto de partida

Antes de empezar, haz un repaso de tus notas de junio. Pregúntate:

  • ¿Qué asignaturas necesitas recuperar?
  • ¿En qué partes del temario fallaste más?
  • ¿Cuáles son tus puntos fuertes que puedes consolidar en menos tiempo?

2. Crea un calendario de estudio

El verano puede jugar en tu contra si no lo organizas bien. Divide tu tiempo en:

  • Fase de repaso intensivo (julio): refuerza los conceptos básicos.
  • Fase de consolidación (agosto): practica con exámenes anteriores.
  • Fase final (principios de septiembre): simulacros completos bajo condiciones reales.

Técnicas de estudio efectivas para aprobar en septiembre

  • Método Pomodoro: Estudia en bloques de 25 minutos con descansos cortos.
  • Mapas mentales y esquemas visuales: Ideales para Historia, Filosofía o Biología.
  • Exámenes de años anteriores: Nada se parece más a la prueba real.

👉 Puedes descargar modelos oficiales en la web de tu universidad o en portales como FormacióMiró.com.

Prepárate con exámenes de Selectividad reales

Una de las claves más efectivas es practicar con pruebas de convocatorias anteriores. Esto te permite:

  • Familiarizarte con el formato.
  • Gestionar mejor el tiempo.
  • Reducir la ansiedad ante lo desconocido.

💡 Consejo: realiza simulacros cronometrados en condiciones similares al examen oficial.

Cómo mantener la motivación en verano

Preparar los exámenes de selectividad en septiembre significa estudiar mientras tus amigos están de vacaciones. Aquí algunos trucos:

  • Busca un lugar fijo de estudio: una biblioteca con aire acondicionado puede ser tu mejor aliada.
  • Premia tu esfuerzo: planifica pequeños descansos y actividades que disfrutes.
  • Rodéate de apoyo: estudia con compañeros en tu misma situación o únete a grupos online.

Preparar los exámenes de selectividad en septiembre no tiene por qué convertirse en una pesadilla. Con organización, disciplina y las estrategias correctas, puedes transformar el verano en tu mejor aliado para lograr la nota que necesitas.

Recuerda: la clave está en planificar bien, practicar con exámenes reales y mantener la motivación. Si este artículo te ha sido útil, compártelo con otros estudiantes o deja tu experiencia en los comentarios. ¡Tu testimonio puede ayudar a alguien más!