Educación infantil: Principios fundamentales
EDUCACIÓN INFANTIL, ¿CUÁLES SON SUS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES?
Esta fase de la educación tiene como objetivo contribuir en el desarrollo afectivo, físico, social e intelectual de los niños y se basa en los siguientes principios básicos:
Enfoque globalizador
Para que el aprendizaje sea significativo en esta etapa se considera que lo más idóneo es adoptar una perspectiva total y unitaria a la hora de enseñar. Esto se debe a que la percepción del mundo infantil no es analítica y discontinua sino que por el contrario se basa en el entendimiento de los objetos como un todo. Es por ello que los niños a estas edades no aprenden acumulando conocimientos, ideas y experiencias, sino que lo hacen relacionando y conectando conceptos. El profesor debe adaptarse a la forma en la que el niño percibe y descubre el mundo y por tanto se debe centrar en la visión de conjunto en lugar de en la separación y aislamiento de conocimientos.
Principio de juego
El juego es el proceso fundamental mediante el cual los niños aprenden, el motor del desarrollo humano. Es por ello que en esta fase de la educación la enseñanza no se debe desvincular del juego ya que es la forma más efectiva (además de positiva) para que los alumnos asimilen ideas y conceptos.
Principio de actividad
La transmisión de conocimientos en esta etapa se debe basar siempre en la actividad del niño, en su participación activa. Se trata de que los niños descubran y experimenten por su cuenta las distintas enseñanzas, guiados por los maestros.
Organización del espacio y tiempo
En esta etapa es fundamental establecer en el aula diferentes áreas espaciales y periodos temporales de manera que favorezcan la autonomía y flexibilidad en los alumnos.
Partir de las ideas previas
Para enseñar a los niños en este periodo es esencial partir de los conocimientos que ya poseen y relacionarlos con los nuevos, de forma que sean capaces de integrarlos en su propio esquema mental.
Atención a la diversidad
Este principio es común a todos los niveles educativos, pero es en esta etapa donde adquiere una mayor relevancia ya que sentará las bases y prevendrá dificultades posteriores. Es esencial tener en cuenta que cada niño es distinto y tiene un modo especial de pensar, de sentir y de actuar, y debe ser tenido en cuenta.
Participación de las familias
Debe existir una coherencia educativa entre las familias y los educadores para que el niño pueda desarrollarse y aprender adecuadamente.