Educación política
La ambición de poder de muchos mandatarios han hecho que un ideal político se convierta en algunos casos, más que en una idea de futuro, en una religión. De esta manera consiguiendo dividir países, familias y amistades. Todo, por tener diferentes puntos de vista.
Lo peor es que un mandatario, un partido político con mayoría absoluta impone lo que es bueno y lo que es malo.
Por desgracia no se hace hincapié en la construcción de la sociedad durante los primeros años de estudio, no hay una clase básica sobre educación política en las bases principales de la educación, ni en primaria ni secundaria.
Y es por eso que las generaciones venideras no están preparadas y no tienen las herramientas para identificar los síntomas de un gobierno que va por mal camino y que trata de erradicar la libertad que tanto tiempo ha llevado conseguir. O en su defecto, aquellos gobiernos, que a través de un discurso de igualdad para todos, imponen sus propias normas sin llevar a cabo una votación previa.
Las generaciones que construirán el futuro de nuestros países no están preparadas para identificar los malos políticos, políticos tóxicos antes de tiempo.
Es necesaria la aplicación de nuevas cátedras sobre sistemas políticos y modelos económicos que permitan a las nuevas generaciones estar preparadas ante cualquier autoritario que quiera imponer sus normas. De esta manera seguramente, serán menos los casos de dictadura y por ende, sociedades más felices.