Ventajas de estudiar a distancia
La formación se adapta a los nuevos tiempos
Poco a poco, el aula como tal se ha ido difuminando abriendo nuevos caminos para la enseñanza. Desde los tutoriales y documentales en profundidad que podemos hallar en Internet hasta la formación no presencial, donde la distancia no es impedimento alguno. En ese sentido, cursar nuestros estudios, e incluso un Grado Universitario o acceder a Formación Profesional es hoy en día más sencillo, y flexible, que nunca.
Así que, si alguna vez te has planteado hacer tus estudios de manera online —como, por ejemplo, estudiar el grado para ser Enfermera a distancia, hacer un grado en Física de forma semipresencial o formarte en cualquiera que sea tu pasión en modalidad online—, este artículo es para ti. Pues te voy a hablar sobre las grandes ventajas que tiene formarse a distancia y por qué este es un modo de democratizar la educación.
España avanza hacia la digitalización formativa
Según explicaba en 2020 a los medios José Lozano, uno de los fundadores de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), existen ya desde hace algún tiempo millones de estudiantes online en el país. Sólo en 2019, fueron 2,5 millones de individuos quienes realizaron algún tipo de curso online. Y, tras el crecimiento de la digitalización a raíz de la pandemia, el 15% de los universitarios cursan grados y postgrados online.
Precisamente, Lozano estima que, aunque son por ahora seis las universidades 100% online que existen en España, la mayoría ofrecen cursos y másteres totalmente en línea. Pero el fenómeno no sólo queda en el terreno de los estudios universitarios. Y es que, en otro terreno formativo, en 2020 también se situaron en unos 150.000 alumnos online de Bachillerato y Formación Profesional. Y las cifras no paran de crecer.
Asimismo, según el informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español (2020-2021) del Ministerio de Universidades, la tasa de éxito en las universidades online se sitúa entre el 83% y el 92% en los centros públicos y privados, respectivamente, del curso 2018-2019. Porcentajes casi idénticos al formato presencial —87% y 91%— y que, de algún modo, manifiestan por qué estudiar online resulta tan atractivo.
Un ámbito que no escatima en ventajas
Con unas tasas de esa índole, no es de extrañar que los estudios online no hayan dejado de aglutinar cada año más y más alumnos. Una de las razones principales es, sin duda, la mayor flexibilidad horaria de la formación online respecto a la convencional. Con una gran cantidad de contenido multimedia, desde clases en streaming y hasta material didáctico digital, permitiendo al estudiante formarse a su propio ritmo y donde quiera.
En ese sentido, es necesario mencionar aquí la ubicuidad de la red. Bastando con tener conexión a Internet, los estudios online, además de en cualquier momento, pueden cursarse desde cualquier lugar. Algo que facilita la conciliación entre la vida personal y/o el trabajo con el ámbito académico. Y que, por lo tanto, permite organizar mejor y dosificar el aprendizaje de modo que no interfiera casi con ninguna otra actividad.
Con todo, cabe mencionar que estudiar a distancia no siempre fue lo más útil y acertado. Sin embargo, hoy en día la gran mayoría de los cursos online deben regirse por ciertos requisitos para cumplir su oficialidad. Razón por la que muchos de éstos a menudo están adscritos a algún centro académico presencial. A su vez, rasgo de identidad que certifica su idoneidad y competencias para formarnos en la materia que deseamos.
Los estudios online han llegado para quedarse
Posiblemente, una de las mayores ventajas de la formación en línea no es otra que su gran variedad de cursos disponibles. Contando con un amplio abanico de cursos que van desde pequeños y prácticos títulos hasta carreras universitarias. Y, por ese mismo motivo, acostumbrando a ser útiles para quienes enlazan un curso tras otro para ganar arsenal formativo en el competitivo mundo laboral que aguarda tras el estudio.
En definitiva, estudiar a distancia es ya indivisible del estilo de vida contemporáneo. Una vida que tiende la mano a la virtualidad como nunca antes, pero que, lejos de no alcanzar su cometido, logra competir mano a mano contra el sistema convencional. El futuro todavía depara grandes hitos, donde incluso la realidad virtual podría alcanzar las aulas. Y, por ahora, la fortaleza de la formación online es sólo una pequeña puerta.