El estudio es una de las partes más importantes en la vida de las personas, todo lo que aprendemos nos servirá para algo en algún momento de la vida y es y será muy preciado ya que, de ninguna manera perderemos aquello que ya sabemos.
Generalmente al finalizar un tema, normalmente una asignatura o una etapa de nuestra educación, los profesores suelen pedir que realicemos algún tipo de trabajo final o proyecto.
¡Ya está aquí! La época de tirarse de los pelos, dormir mal y sudar gotas tan frías que antes de resbalar por el cuello quedan petrificadas. “The Exam Time is coming”
Como bien sabemos todos, o bueno, todos los que hayamos tenido que estudiar alguna vez, una de las épocas más atareadas del año es la época de exámenes.
Lunes, cualquier Lunes de cualquier semana o mes, un mal día.
Después de a ver pasado el Domingo reptando por la cama intentando no ahogarnos en nuestro propio vomito y sudando el alcohol del Sábado noche abrir los ojos a las 7 de la mañana y pensar que nos esperan 7 horas de interminable teoría por profesores hambrientos de sufrimiento ajeno, nos hace pensar en la idea de dar media vuelta en la cama y cerrar de nuevo los ojos.
Que mundo más cruel.
Ser estudiante mola, digas lo que digas.
Aquí un ex-estudiante al habla, la vida del universitario es la mejor vida, la vida del estudiante de formación profesional de grado superior, también la vida del alumno que está intentando aprobar la prueba de acceso y la del estudiante de ciclos formativos de grado medio.
Es una edad en la que en teoría hemos avanzado un poco en lo personal y dejado atrás la bendita adolescencia pero aún no somos lo suficientemente responsables como para tener demasiadas responsabilidades y claro, mucho menos para tener cargo de conciencia por ausentarnos de alguna que otra clase. (Tener en cuenta que algunas horas perdidas puede salir a 20€ la hora. Os invito a calcular el precio por hora de cada asignatura mientras os tomáis un merecido descanso en la cafetería).
Tenemos examen y estamos completamente convencidos de que es imposible, por tiempo o por materia, aprobarlo. Bien, en este caso estaremos de acuerdo en que tenemos un problema y que debemos tomar medidas para tratar de solucionarlo.
Lo primero, si no tenemos tiempo suficiente para poder estudiar el temario es muy posible que se deba a una mala planificación por nuestra parte, tema que tocaremos en otro momento, aunque también puede deberse a una resaca excesivamente duradera, por lo que el problema sería de diferente índole.
Al tema, tenemos un problema y necesitamos una solución: Las chuletas.
¿De qué sirve una chuleta?
Quizás se aproxima un examen y nos acordamos del mismo poco días antes, por lo que nos vemos obligados a estudiar mucho tiempo, incluyendo largas noches.
Hay personas que prefieren estudiar a estas horas, el ambiente es más tranquilo y no tienen tantas cosas que hacer. Pero el problema de estudiar de noche es que posiblemente pueda darnos algo de sueño y eso nos impida estudiar.
Si bien hay muchos consejos para concentrarnos y que rinda más nuestra hora de estudio también existen ciertas cosas que debemos evitar en el momento de estudiar, pueden afectar tanto a nuestra memoria como a nuestra concentración.
Hoy en día y con la clara necesidad de una buena educación, nos vemos en la obligación de conocer los centros de educación dónde llevaremos a nuestros hijos.
Nos interesa conocer sus instalaciones, métodos de educación, profesores, media de aprobados y cualquier incidente que se haya ocasionado en el instituto. Lógicamente, Si intentamos buscar esta información en Internet sólo obtendremos la que el instituto, universidad, colegio, ikastola ...
Un profesor, docente, enseñante o educador, es quien se dedica profesionalmente a la enseñanza, bien con carácter general, bien especializado en una determinada área de conocimiento, asignatura, disciplina académica, ciencia o arte. Además de la transmisión de valores, técnicas y conocimientos generales o específicos de la materia que enseña, parte de la función pedagógica del profesor consiste en facilitar el aprendizaje para que el alumno (estudiante) lo alcance de la mejor manera posible.