Paciencia para enseñar a los más pequeños
Otras personas por el contrario pierden la paciencia de manera muy rápida, llegando incluso a sentir frustración por no poder lograr que otra persona, en este caso un alumno, entienda lo que se desea comunicar.
Estos casos se dan muchas veces en docentes sin preparación.
Si ya de por si es difícil el proceso de aprendizaje - enseñanza, intentar que un alumno comprenda un concepto, imaginen tratar de enseñar a un adulto y que este comprenda conceptos que durante 40 años a ignorado, imaginen qué puede ocurrir.
En el caso de los alumnos más jóvenes, de los niños y niñas, el proceso de aprendizaje también es muy arduo y laborioso, y no porque no tengan la capacidad de comprender, ya que cuando se es niño es cuando más rápido se absorbe la información.
¿Qué problemas acarrea enseñar a un niño/a?
Los niños y niñas que acuden los primeros años a clase se entretienen con facilidad y pueden perderse rápidamente del camino que hemos trazado para su aprendizaje, por lo que es necesario armarse de mucha paciencia para lograr los objetivos deseados.
Todas las personas presentamos características de diferentes dimensiones, ¿Qué quiere decir esto?, toda persona dispone de cinco sentidos, a través de los cuales se relaciona con el mundo con los rodea, gusto, tacto, olfato, audición y vista.
Es decir, cada persona suele utilizar un sentido o dos por encima de otros para relacionarse con el medio. Esto viene dado básicamente por la teoría de la corriente de la Programación Neurolingüística, que establece que el mundo es percibido de forma diferente por cada persona.
Según nuestra personalidad, captaremos la información a través del sentido que usemos con más frecuencia. Por lo que se debe identificar si el niño o niña tiende a ser más visual (estas personas necesitan silencio para concentrarse, son muy observadoras) auditiva (no manejan casi nada por escrito, les gusta expresarse en voz alta, pueden seguir una conversación y al mismo tiempo escuchar música) o kinestésicas (les gusta las manualidades, construir cosas, trabajar al aire libre, son más espontaneas y menos observadoras).
Una vez que logres identificar la tendencia del niño o niña podrás desenvolverte fácilmente en el arte de enseñarle lo que pretendas que aprenda, pues sabrás de manera directa cómo captar su atención y desenvolverte de la mejor forma, logrando los resultados deseados.
Es cierto que la tarea como educador puede complicarse entre un niño/a y otro, pero pudiendo identificar su personalidad será mucho más sencillo conseguir su atención.